Monday, October 16, 2006

La Naturalidad





Tengo tantas ideas aglutinadas en la mente que a la hora de escoger es bien difícil seleccionar una. Es que con la abundancia suele suceder asi. Cuando nuestro guardarropas está muy atestado, elegir el vestido adecuado, es más complicado. El exceso actua más como estorbo que como aliado. Cuanto menos compleja es nuestra vida más eficientes podemos ser. Solemos pensar que la complejidad añade calidad a nuestras existencias, que lo prolijo es sinónimo de grandeza. Pero si nos dedicamos a observar con detenimiento como actua la naturaleza podremos notar que la sencillez está implicita en ella. La semilla por ejemplo, germina bajo circunstancias peculiares, necesita cierta cantidad de humedad, de sombra y también algo de calor. Este procedimiento es lo natural para ella y se ciñe a él, es su patrón de vida

La semilla humana también requiere de un medio acuoso, de sombra y de calor, y todo ello lo obtiene en el vientre materno. La diferencia radica en la manera de crecer. Los padres intentan que sus hijos crezcan de acuerdo a un criterio, a un patrón, inspirado en la conveniencia social y al hacerlo perturban su naturalidad y espontaneidad. Desde pequeños nos encadenan con grilletes conceptuales. No hagas esto o aquello, actua de esta manera y no de aquella, los padres son de cierta manera nuestros primeros carceleros. Después están los maestros, luego los sacerdotes y por último, la opinión pública. Cuando llegamos a la adolescencia hay una pugna entre lo que aún nos queda de naturalidad, lo que somos en realidad, y lo que quieren que seamos. Esto por supuesto genera conflictos. La mayoría decide tomar el camino más fácil, y termina siendo condicionada. Los que optaron por este camino sienten disconformidad pero evitan discutirla. Experimentan un evidente vacío que intentan rellenar en vano. La rebeldía es inaceptable para la sociedad pero a la vez es inspiradora y genera creatividad. Galileo y muchos otros adalides lo corroboran. Ellos se alejaron de la manera convencional de observar al mundo y crearon nuevas condiciones existenciales.


Cuando lo natural prevalece en nosotros, nuestra vida fluye con espontaneidad. Nos liberamos de creencias limitadoras, de falsas concepciones, de actitudes perturbadoras. No se trata de atacar al sistema, más bien de no dejarse alienar por él. La mediocridad nos induce a hacer lo que vemos que hacen los demás, de esta manera nuestra creatividad es relegada a un segundo plano. Debemos trabajar para crear las condiciones propicias que provoquen la eclosión del ser. Si cada uno de nosotros cambia, siquiera un poco, provocaremos un cambio notorio en la sociedad. Vivimos en una sociedad cuya prioridad fundamental es lo material, lo mundano. Por esa razón, a las personas con vocación espiritual se les dificulta adaptarse. Los que son reacios a la corrupción, desaprueban las acciones corruptas de la gran mayoría. Sin embargo, en mi caso particular, procuro alejarme de los corruptos, ambiciosos, envidiosos, impidiendo de esa manera que su influjo negativo me afecte. Trato de asociarme en lo posible con personas positivas porque la unión de lo positivo siempre genera mayor positivismo. Lo negativo en exceso es como el óxido, corroe lo positivo. Si añadimos una manzana dañada a un cesto de manzanas sanas, ésta dañará a las sanas.

Hay un evidente desequilibrio en la actualidad como consecuencia de miles de años de excesos. Lo positivo ha sido visto como bondad, y lo negativo como maldad. Y existe conflicto porque quienes se consideran buenos discriminan a los que creen que no lo son. Lo evidente es que el equilibrio entre lo positivo y lo negativo es benéfico, y el desequilibrio es nocivo . No me canso de recurrir al ejemplo de la electricidad, en ella hay una doble polaridad, cuando la polaridad positiva aumenta, el voltaje se incrementa: y si la polaridad negativa aumenta, el voltaje disminuye. Ambos casos son nocivos, lo útil es que el voltaje se conserve regulado.

No se trata de creer o no, lo importante es evidenciar la realidad, es decir, tener fe. Particularmente he superado la etapa de la creencia, ahora tengo fe en lo que voy evidenciando. Sé que lo único real es el cambio, que lo que hoy es evidente, mañana podrá dejar de serlo. Pero eso no me desvela, porque estoy estoy fluyendo con la vida. La fe es confianza en lo que sabemos a través de la experiencia. No puedo tener fe en lo que no es evidente. Hay que comprobar para tener fe. Santo Tomás dijo: "Ver para creer", es posible que haya querido decir: Ver para confiar( para tener fe). La creencia se refiere a lo hipotético, la fe a lo concreto. Cuando decimos que creemos o no en Dios, estamos suponiendo que Dios es real o no lo es. Es diferente a decir que tenemos fe en El. Si tengo fe, es porque de un modo u otro he evidenciado su existencia.


Delfin



No comments: