Saturday, October 15, 2005

Armonizar la vida Exterior e Interior

SRI AUROBINDO

ARMONIZAR VIDA EXTERIOR E INTERIOR

En la existencia humana ordinaria la acción extrovertida supone tres cuartas partes, o aún más, de nuestra vida. Sólo están las excepciones, el santo y el vidente, el raro pensador, el poeta y el artista que pueden vivir más dentro de ellos mismos; en verdad, éstos, al menos en las partes más íntimas de su naturaleza, se modelan más en el pensamiento y sentimiento interiores que en el acto superficial. Pero ninguno de estos lados está separado del otro, sino que más bien una armonía de la vida interior y la exterior unificadas plenamente y transfiguradas en un juego de algo más allá de ellas creará la forma de una vida perfecta. Un Yoga de las obras, una unión con la Divinidad en nuestra voluntad y actos -y no sólo en el conocimiento y el sentimiento- es entonces indispensable, un elemento inexpresablemente importante de un Yoga integral. La conversión de nuestro pensamiento y sentimiento sin una conversión correspondiente del espíritu y del cuerpo de nuestras obras sería un logro mutilado.

Pero si ha de efectuarse esta conversión total, debe haber una consagración de nuestras acciones y movimientos externos, al igual que de nuestra mente y corazón, a la Divinidad. Debe aceptarse y cumplirse progresivamente una sumisión de nuestras capacidades de trabajo en manos de un Poder mayor que está detrás de nosotros y debe desaparecer nuestro sentido de ser el hacedor y el trabajador. Para un uso más directo, debe entregarse todo en manos de la Voluntad divina que está oculta por estas apariencias frontales; pues sólo mediante esa Voluntad graciosa es posible nuestra acción. Un Poder oculto es el Señor verdadero y el Observador que gobierna nuestros actos y sólo él conoce, a través de toda la ignorancia, perversión y deformación introducida por el ego, su sentido íntegro y su propósito último. Debe efectuarse una transformación completa de nuestra vida y obras limitadas, distorsionadas y egoístas en un efluvio mayor y directo de una Vida, Voluntad y Energía mayores y divinas que ahora nos sostienen secretamente. Esta Voluntad y Energía mayores deben tomar conciencia en nosotros y dominar; ya no deben, como ahora, seguir siendo sólo una Fuerza superconsciente, elevadora y graciosa. Debe lograrse una no distorsionada transmisión a través de nosotros del propósito y proceso omnisapientes de un Poder omnisciente y un Conocimiento omnipotente, ahora escondidos, que volcarán toda nuestra naturaleza transmutada en su canal puro, inatascado, felizmente gracioso y participante. Esta consagración y sumisión totales y esta íntegra transformación resultante y transmisión libre forman el medio fundamental total y el objetivo último de un Karma-Yoga integral.

...Pero aun cada cual debe seguir su naturaleza y hay siempre dificultades que han de aceptarse por un tiempo si tenemos que proseguir nuestro sendero natural del Yoga. Después de todo el Yoga es en primer término un cambio de la conciencia y naturaleza interiores, y si el equilibrio de nuestras partes es tal que éste debe efectuarse con inicial exclusividad, dejando el resto para manejarlo después, debemos aceptar la imperfección aparente del proceso. Empero la obra ideal de un Yoga integral sería un movimiento, (incluso desde el principio) integral en su proceso y total y multilateral en su progreso. En cualquier caso, nuestra preocupación actual se refiere al Yoga, integral en su objetivo y movimiento completo, pero partiendo de las obras y avanzando mediante las obras aunque, a cada paso, cada vez movido en mayor proporción por un vivificante amor divino y cada vez más iluminado por un auxiliador conocimiento divino.

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